Consagración a San José: Día 28

SAN JOSÉ, PATRÓN DE LOS NIÑOS NO NACIDOS

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Mi amado: «Antes de formarte en el vientre materno, yo te conocía; antes de que salieras del seno, yo te había consagrado, te había constituido profeta para las naciones» (Jer. 1, 5)

Es Dios mismo quien nos forma en el vientre y antes de nacer Él ya tiene un plan perfecto para cada uno de nosotros.

En nuestros tiempos, al aborto se le defiende con frecuencia cuando se trata de embarazos que surgieron de situaciones irregulares. Aunque la circunstancia es muy diferente, San José también se enfrentó con el más irregular de los embarazos, una situación que lo dejó bastante inquieto: ¡su esposa ha concebido un hijo por obra del Espíritu Santo! El niño no es suyo biológica o genéticamente, no es el fruto de la relación física con su esposa.

El Ángel le anuncia que el niño no ha sido concebido por la relación física con ningún hombre, sino por la única y directa intervención de Dios. ¿Cómo puede un hombre aceptar un embarazo tan extraordinario? ¡Solo con fe! ¿Cómo puede aceptar la paternidad de un niño al que no puede llamar suyo? Solo con apertura a la voluntad de Dios, con disposición de hacer lo que el ángel del Señor le ha comunicado.

Sabemos por José, que la paternidad es mucho más que concebir un hijo a través de relaciones sexuales. En realidad, José, que no procrea ningún hijo, es el mejor de los padres y un ejemplo para los padres.

Él aceptó la vida en el vientre al tomar con honor a María como su esposa. Él viajó con ella a Belén para registrar al niño a su nombre en la lista del censo. Él le dio al niño un nombre en el linaje de David. Él defendió al niño del cruel ataque de Herodes.

José fue el escogido para llevar a cabo el papel del padre del Hijo de Dios encarnado en el vientre de María y cumplió con su papel fielmente.

Dentro de su patrocinio universal, es apropiado para nuestros tiempos el título: “Patrón de los niños no nacidos”. Nadie podría ser un mejor defensor de los niños que no han nacido. Nadie podría ayudar mejor en el proceso de sanación y reconciliación de aquellos que lloran y sufren internamente por haber cometido el pecado del aborto. Nadie es una mejor imagen para las mujeres que han sido lastimadas por hombres que no han asumido la paternidad del hijo que procrearon.


Tarea de hoy: Ubica el centro de recursos para embarazadas pro-vida más cercano a tu casa o parroquia y pregunta si es posible apoyarlos de alguna manera. Familiarízate con los recursos disponibles para que tú también puedas ayudar de alguna manera a defender y proteger las vidas de los niños no nacidos y de las mujeres en crisis cuando la situación se presente.


Invocando la intercesión de San José, Patrón de los niños no nacidos, oremos hoy por todas las madres que esperan un hijo: Oh, San José, patrono de los no nacidos, protector y proveedor de la Sagrada Familia y de todas las familias, por tu intercesión que Dios conceda a todas las madres que esperan a un hijo la gracia de atesorar la nueva vida dentro de sus vientres. Que las madres y los padres se den cuenta de que su bebé es un regalo de Dios y tengan el valor de escoger la vida para su hijo. Por el Misterio del Bautismo que los padres y los recién nacidos se conviertan en hijos de Dios y herederos de la vida eterna en Cristo. ¡Amén!


ORACIONES:  Las siguientes oraciones deben ser recitadas después de la meditación de cada día, según las instrucciones de cada uno de los días.


INICIO PARA TODOS LOS DÍAS:

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. ¡Amén!


ESPÍRITU DE CRISTO

Espíritu de Cristo: despiértame; Espíritu de Cristo: muéveme; Espíritu de Cristo: lléname; Espíritu de Cristo: séllame. Oh, Padre Celestial, conságrame a tu Corazón y Voluntad; sé en mí una fuente de virtudes; sella mi alma como la tuya para que tu reflejo en mí sea una luz que todos vean. ¡Amén!


LETANÍAS DE SAN JOSÉ

Señor, ten piedad de nosotrosSeñor, ten piedad de nosotros
Cristo, ten piedad de nosotrosCristo, ten piedad de nosotros
Señor, ten piedad de nosotrosSeñor, ten piedad de nosotros
Cristo óyenosCristo óyenos
Cristo escúchanosCristo escúchanos
Dios, Padre celestialTen misericordia de nosotros
Dios Hijo, Redentor del mundoTen misericordia de nosotros
Dios Espíritu SantoTen misericordia de nosotros
Santísima Trinidad, un sólo DiosTen misericordia de nosotros
Santa MaríaRuega por nosotros
San JoséRuega por nosotros
Ilustre descendiente de DavidRuega por nosotros
Luz de los PatriarcasRuega por nosotros
Esposo de la Madre de DiosRuega por nosotros
Casto guardián de la VirgenRuega por nosotros
Padre adoptivo del Hijo de DiosRuega por nosotros
Ferviente defensor de CristoRuega por nosotros
Jefe de la Sagrada FamiliaRuega por nosotros
José, justísimoRuega por nosotros
José. castísimoRuega por nosotros
José, prudentísimoRuega por nosotros
José, valentísimoRuega por nosotros
José, obedientísimoRuega por nosotros
José, fidelísimoRuega por nosotros
Espejo de pacienciaRuega por nosotros
Amante de la pobrezaRuega por nosotros
Modelo de los trabajadoresRuega por nosotros
Gloria de la vida domésticaRuega por nosotros
Custodio de las VírgenesRuega por nosotros
Pilar de las familiasRuega por nosotros
Consuelo de los afligidosRuega por nosotros
Esperanza de los enfermosRuega por nosotros
Patrón de los moribundosRuega por nosotros
Terror de los demoniosRuega por nosotros
Protector de la Santa IglesiaRuega por nosotros
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundoPerdónanos, Señor
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundoEscúchanos, Señor
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundoTen piedad y misericordia de nosotros
Lo hizo Señor de su casay príncipe de todas sus posesiones.

Oremos: Oh, Dios, que en tu amorosa providencia, elegiste a San José para ser el esposo de tu Santísima Madre, concédenos el favor de tenerlo como nuestro intercesor en el cielo y al que veneramos como nuestro protector en la Tierra. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. ¡Amen!

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