SAN JOSÉ, PATRÓN DE LOS MORIBUNDOS
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La muerte de San José no está documentada en los Evangelios, sin embargo, sabemos que no estuvo presente durante la Crucifixión de Jesús. De acuerdo con la tradición de la Iglesia, lo más probable es que José haya muerto antes de que el ministerio público de Jesús comenzara.
Se cree que San José tuvo una muerte feliz y santa, contemplando a Jesús y descansando en los brazos de María. ¡Qué muerte tan bendita poder ver a Dios antes de morir y que Dios mismo te diga que es momento de irse! Este fue un regalo para José por parte de parte de su Hijo, quien entregó a su padre, al Padre Eterno. La muerte de San José es conmovedora y es un deseable ejemplo para nosotros.
Cristo le otorgó a José un poder intercesor particular para todos aquellos en están a punto de morir. Dios ha designado a San José el Patrón de los moribundos porque quiere que experimentemos una muerte similar a la de él: una muerte santa.
La muerte es parte de la vida. ¡Todos moriremos algún día! Pero desapegarnos de esta vida, de las personas, de los bienes materiales, emocionales y espirituales no es fácil, sin embargo, necesitamos estar preparados para la muerte, porque Satanás siempre trata de atrapar a un alma desesperada y alejarla de nuestro Dios amoroso a la hora de nuestra muerte.
A la hora de la muerte hay una batalla espiritual sobre el alma, pero San José puede ayudarnos a hacer que la batalla sea victoriosa y fácil para nosotros.
El ejemplo de la muerte que sufrió José nos anima a no tenerle miedo a partir, porque al estar consagrados a él, tendremos alrededor del lecho de muerte un gran protector.
Por lo tanto, cuando estemos muriendo, sin duda podemos beneficiarnos al orar a San José para que nos ayude a entrar a la eternidad. Más aún, podemos pedirle a San José que interceda por un miembro de nuestra familia o amigo que este cerca del final de su vida.
Tarea de hoy: La vida está llena de actividades y no siempre nos detenemos a contemplar las cosas finales como la muerte. Date un tiempo de silencio hoy para contemplar tu propia mortalidad y muerte. Sé consciente que puedes morir en cualquier momento. Eso te ayudará, por medio del Espíritu Santo, a despreciar las cosas de la Tierra y apreciar las del Cielo. Invita a José, a María y a la Santísima Trinidad a que estén contigo y te ayuden a prepararte durante esta vida para unirte a ellos en la eternidad.
Que por intercesión de San José nuestra muerte sea santa y feliz: ¡Oh, Glorioso San José! Te escojo a ti hoy para que seas mi patrón especial en la vida y en la hora de mi muerte. Preserva y aumenta en mí el espíritu de la oración y fervor para el servicio de Dios. Remueve lejos de mí todo tipo de pecado; concede que mi muerte no sea sin aviso, sino que tenga tiempo para confesar mis pecados sacramentalmente y para lamentarme por ellos con el más perfecto entendimiento y la más sincera y perfecta contrición y así pueda exhalar el último aliento de mi alma en las manos de Jesús y de María. ¡Amén!
ORACIONES: Las siguientes oraciones deben ser recitadas después de la meditación de cada día, según las instrucciones de cada uno de los días.
INICIO PARA TODOS LOS DÍAS:
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. ¡Amén!
ACORDAOS, SAN JOSÉ
¡Acuérdate! Oh, purísimo esposo de la Virgen María y dulce protector mío, San José, que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han invocado tu protección e implorado tu ayuda haya quedado sin consuelo. Con esta confianza, vengo a tu presencia y me encomiendo fervorosamente a tu bondad. Oh, padre adoptivo del Redentor, escucha mi oración y no desatiendas mis súplicas, antes bien, acógelas con compasión y dígnate socorrerme en mi necesidad. ¡Amén!
LETANÍAS DE SAN JOSÉ
Señor, ten piedad de nosotros | Señor, ten piedad de nosotros |
Cristo, ten piedad de nosotros | Cristo, ten piedad de nosotros |
Señor, ten piedad de nosotros | Señor, ten piedad de nosotros |
Cristo óyenos | Cristo óyenos |
Cristo escúchanos | Cristo escúchanos |
Dios, Padre celestial | Ten misericordia de nosotros |
Dios Hijo, Redentor del mundo | Ten misericordia de nosotros |
Dios Espíritu Santo | Ten misericordia de nosotros |
Santísima Trinidad, un sólo Dios | Ten misericordia de nosotros |
Santa María | Ruega por nosotros |
San José | Ruega por nosotros |
Ilustre descendiente de David | Ruega por nosotros |
Luz de los Patriarcas | Ruega por nosotros |
Esposo de la Madre de Dios | Ruega por nosotros |
Casto guardián de la Virgen | Ruega por nosotros |
Padre adoptivo del Hijo de Dios | Ruega por nosotros |
Ferviente defensor de Cristo | Ruega por nosotros |
Jefe de la Sagrada Familia | Ruega por nosotros |
José, justísimo | Ruega por nosotros |
José. castísimo | Ruega por nosotros |
José, prudentísimo | Ruega por nosotros |
José, valentísimo | Ruega por nosotros |
José, obedientísimo | Ruega por nosotros |
José, fidelísimo | Ruega por nosotros |
Espejo de paciencia | Ruega por nosotros |
Amante de la pobreza | Ruega por nosotros |
Modelo de los trabajadores | Ruega por nosotros |
Gloria de la vida doméstica | Ruega por nosotros |
Custodio de las Vírgenes | Ruega por nosotros |
Pilar de las familias | Ruega por nosotros |
Consuelo de los afligidos | Ruega por nosotros |
Esperanza de los enfermos | Ruega por nosotros |
Patrón de los moribundos | Ruega por nosotros |
Terror de los demonios | Ruega por nosotros |
Protector de la Santa Iglesia | Ruega por nosotros |
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo | Perdónanos, Señor |
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo | Escúchanos, Señor |
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo | Ten piedad y misericordia de nosotros |
Lo hizo Señor de su casa | y príncipe de todas sus posesiones. |
Oremos: Oh, Dios, que en tu amorosa providencia, elegiste a San José para ser el esposo de tu Santísima Madre, concédenos el favor de tenerlo como nuestro intercesor en el cielo y al que veneramos como nuestro protector en la Tierra. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. ¡Amen!