Consagración a San José: Día 20

SAN JOSÉ, CONSUELO DE LOS AFLIGIDOS

Dirección:

El consolar a los afligidos es una obra de misericordia espiritual porque se refiere a nuestra necesidad de apoyarnos mutuamente emocional y espiritualmente. Todos necesitamos ser escuchados.

La misericordia de Dios hacia nosotros no se nos otorga solo para nuestro propio consuelo en medio de la aflicción, sino para que nosotros también podamos mostrar su misericordia cuando consolamos a los demás: «Bendito sea Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de las misericordias y Dios de todo consuelo, que nos reconforta en todas nuestras tribulaciones, para que nosotros podamos dar a los que sufren el mismo consuelo que recibimos de Dios» (2a Cor. 1, 4)

Para aquellos que no son compasivos por naturaleza, decir la verdad en una situación es mucho más fácil que mostrar compasión, sin embargo, debemos aprender a San José y mostrar el carácter de Dios en su máxima expresión; también debemos ofrecer nuestra misericordia y dar consuelo a los que nos rodean, especialmente en nuestra familia.

Consolar a los afligidos es parte de la “descripción del puesto”, por así decirlo, de los esposos, los padres, los maestros, los superiores y aún más de los sacerdotes y diáconos.

La vida está llena de tribulaciones: ya sean las enfermedades, falta de trabajo, problemas financieros, dificultades en el matrimonio, hijos rebeldes, problemas en las relaciones con los demás, la muerte de un ser querido y otras adversidades.

Siempre experimentaremos sufrimiento en la vida, pero Dios te dará toda la misericordia y consuelo que necesites para cada aflicción que padezcas. Primero, debemos abrirnos a ese consuelo, permitir ser amados por Dios, después, no debemos quedarnos con ello y guardarlo, sino permitir que crezca y nos haga mejores, para sí también nosotros cuidar, consolar y ayudar a aquellos que Dios nos ha encomendado.

No importa la situación, podemos acudir a San José para que sea nuestro consuelo. Él conoce bien las dificultades de la vida. Él es un padre amable y amoroso y puede interceder por nosotros cuando lo necesitemos.


Tarea de hoy: Después de haber identificado las cruces que tú y tu familia cargan, tómate un momento y pídele a Jesús que te de su Corazón lleno de compasión y misericordia, para que puedas estar junto a tus seres queridos y aligerar su carga.


Pidámosle a San José que nos dé el mismo consuelo de Dios para que nosotros también seamos instrumentos de consuelo para quien lo necesita: San José, Consuelo de los afligidos, ora para que sea misericordioso con los demás, así como Dios ha sido misericordioso conmigo. Ayúdame a tener un corazón compasivo hacia aquellos que han sido confiados a mi cuidado y a tener la humildad de recibir misericordia y compasión en los momentos en que estoy afligido. ¡Amén!


ORACIONES:  Las siguientes oraciones deben ser recitadas después de la meditación de cada día, según las instrucciones de cada uno de los días.


INICIO PARA TODOS LOS DÍAS:

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. ¡Amén!


ACORDAOS, SAN JOSÉ

¡Acuérdate! Oh, purísimo esposo de la Virgen María y dulce protector mío, San José, que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han invocado tu protección e implorado tu ayuda haya quedado sin consuelo. Con esta confianza, vengo a tu presencia y me encomiendo fervorosamente a tu bondad. Oh, padre adoptivo del Redentor, escucha mi oración y no desatiendas mis súplicas, antes bien, acógelas con compasión y dígnate socorrerme en mi necesidad. ¡Amén!


LETANÍAS DE SAN JOSÉ

Señor, ten piedad de nosotrosSeñor, ten piedad de nosotros
Cristo, ten piedad de nosotrosCristo, ten piedad de nosotros
Señor, ten piedad de nosotrosSeñor, ten piedad de nosotros
Cristo óyenosCristo óyenos
Cristo escúchanosCristo escúchanos
Dios, Padre celestialTen misericordia de nosotros
Dios Hijo, Redentor del mundoTen misericordia de nosotros
Dios Espíritu SantoTen misericordia de nosotros
Santísima Trinidad, un sólo DiosTen misericordia de nosotros
Santa MaríaRuega por nosotros
San JoséRuega por nosotros
Ilustre descendiente de DavidRuega por nosotros
Luz de los PatriarcasRuega por nosotros
Esposo de la Madre de DiosRuega por nosotros
Casto guardián de la VirgenRuega por nosotros
Padre adoptivo del Hijo de DiosRuega por nosotros
Ferviente defensor de CristoRuega por nosotros
Jefe de la Sagrada FamiliaRuega por nosotros
José, justísimoRuega por nosotros
José. castísimoRuega por nosotros
José, prudentísimoRuega por nosotros
José, valentísimoRuega por nosotros
José, obedientísimoRuega por nosotros
José, fidelísimoRuega por nosotros
Espejo de pacienciaRuega por nosotros
Amante de la pobrezaRuega por nosotros
Modelo de los trabajadoresRuega por nosotros
Gloria de la vida domésticaRuega por nosotros
Custodio de las VírgenesRuega por nosotros
Pilar de las familiasRuega por nosotros
Consuelo de los afligidosRuega por nosotros
Esperanza de los enfermosRuega por nosotros
Patrón de los moribundosRuega por nosotros
Terror de los demoniosRuega por nosotros
Protector de la Santa IglesiaRuega por nosotros
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundoPerdónanos, Señor
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundoEscúchanos, Señor
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundoTen piedad y misericordia de nosotros
Lo hizo Señor de su casay príncipe de todas sus posesiones.

Oremos: Oh, Dios, que en tu amorosa providencia, elegiste a San José para ser el esposo de tu Santísima Madre, concédenos el favor de tenerlo como nuestro intercesor en el cielo y al que veneramos como nuestro protector en la Tierra. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. ¡Amen!

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