Consagración total a Jesús por María: Día 30.

[fusion_builder_container hundred_percent=»no» hundred_percent_height=»no» hundred_percent_height_scroll=»no» hundred_percent_height_center_content=»yes» equal_height_columns=»no» menu_anchor=»» hide_on_mobile=»small-visibility,medium-visibility,large-visibility» status=»published» publish_date=»» class=»» id=»» link_color=»» link_hover_color=»» border_size=»» border_color=»» border_style=»solid» margin_top=»» margin_bottom=»» padding_top=»» padding_right=»» padding_bottom=»» padding_left=»» gradient_start_color=»» gradient_end_color=»» gradient_start_position=»0″ gradient_end_position=»100″ gradient_type=»linear» radial_direction=»center center» linear_angle=»180″ background_color=»» background_image=»» background_position=»center center» background_repeat=»no-repeat» fade=»no» background_parallax=»none» enable_mobile=»no» parallax_speed=»0.3″ background_blend_mode=»none» video_mp4=»» video_webm=»» video_ogv=»» video_url=»» video_aspect_ratio=»16:9″ video_loop=»yes» video_mute=»yes» video_preview_image=»» filter_hue=»0″ filter_saturation=»100″ filter_brightness=»100″ filter_contrast=»100″ filter_invert=»0″ filter_sepia=»0″ filter_opacity=»100″ filter_blur=»0″ filter_hue_hover=»0″ filter_saturation_hover=»100″ filter_brightness_hover=»100″ filter_contrast_hover=»100″ filter_invert_hover=»0″ filter_sepia_hover=»0″ filter_opacity_hover=»100″ filter_blur_hover=»0″][fusion_builder_row][fusion_builder_column type=»1_1″ layout=»1_1″ spacing=»» center_content=»no» link=»» target=»_self» min_height=»» hide_on_mobile=»small-visibility,medium-visibility,large-visibility» class=»» id=»» hover_type=»none» border_size=»0″ border_color=»» border_style=»solid» border_position=»all» border_radius=»» box_shadow=»no» dimension_box_shadow=»» box_shadow_blur=»0″ box_shadow_spread=»0″ box_shadow_color=»» box_shadow_style=»» padding_top=»» padding_right=»» padding_bottom=»» padding_left=»» margin_top=»» margin_bottom=»» background_type=»single» gradient_start_color=»» gradient_end_color=»» gradient_start_position=»0″ gradient_end_position=»100″ gradient_type=»linear» radial_direction=»center center» linear_angle=»180″ background_color=»» background_image=»» background_image_id=»» background_position=»left top» background_repeat=»no-repeat» background_blend_mode=»none» animation_type=»» animation_direction=»left» animation_speed=»0.3″ animation_offset=»» filter_type=»regular» filter_hue=»0″ filter_saturation=»100″ filter_brightness=»100″ filter_contrast=»100″ filter_invert=»0″ filter_sepia=»0″ filter_opacity=»100″ filter_blur=»0″ filter_hue_hover=»0″ filter_saturation_hover=»100″ filter_brightness_hover=»100″ filter_contrast_hover=»100″ filter_invert_hover=»0″ filter_sepia_hover=»0″ filter_opacity_hover=»100″ filter_blur_hover=»0″ last=»no»][fusion_text columns=»» column_min_width=»» column_spacing=»» rule_style=»default» rule_size=»» rule_color=»» hide_on_mobile=»small-visibility,medium-visibility,large-visibility» class=»» id=»» animation_type=»» animation_direction=»left» animation_speed=»0.3″ animation_offset=»»]

A cuatro días de nuestra consagración, hoy celebramos una fiesta especialísima de la Virgen: ¡La inmaculada Concepción!

Muchos confundimos esta fiesta con la concepción milagrosa de Jesús en María, a través del Espíritu Santo (el Amor de Dios); sin embargo, esta fiesta es sobre la concepción de María en el vientre de Santa Ana. La hermana Briege McKenna de Irlanda, nos dice: “¿Pueden imaginar a Dios enviando a su Hijo a un vaso sucio y manchado de pecado de manera que hubiera ensombrecido la gloria de su vida?… La ausencia de pecado en ella es una visión de lo que nosotros éramos antes de la caída y de lo que podemos llegar a ser por la gracia salvífica de la pasión, muerte y resurrección de Jesús.
María es pura y sin pecado, pero su vida empezó en el mundo en el vientre de una mujer (su concepción fue inmaculada, es decir, ella fue concebida sin pecado original)”.

Pero hay que recordar siempre que Jesús es el fin último de nuestra consagración, de no ser así esta consagración sería falsa. Porque sólo en Él somos bendecidos, el único maestro que puede enseñarnos, nuestro único Señor de quien debemos depender, el único Rey a quien debemos pertenecer, el modelo al cual debemos conformarnos, el médico que nos sabe sanar, el Pastor que nos alimenta, el camino por donde debemos andar, la verdad que debemos creer, la vida que nos vivifica y nuestro todo, que debe bastarnos. Todo edificio que no está construido sobre esta piedra firme, caerá infaliblemente. Esta devoción a través de María es para ser uno con Jesús.

Hoy nuestra preparación nos dice: Niégate a ti mismo, toma tu cruz y sigue a Jesús.

En la cruz está la salud del alma y la esperanza de la vida eterna. Él vino primero, llevó la cruz y murió allí por ti, para que tú también la lleves y desees morir en ella. Porque si mueres juntamente con Él, vivirás con Él (2ª Tim. 2, 11), y si fueres su compañero en la pena, también lo serás en la Gloria. En la cruz está la fortaleza del corazón, el gozo del Espíritu, la suma virtud y la perfección de la santidad. No le tengamos miedo a sufrir, sólo ofrezcamos nuestro dolor al Padre uniéndonos a Jesús.

¡Feliz día de la inmaculada concepción!

Descarga tu manual de Consagración!   https://bit.ly/3D5Nruc

[/fusion_text][fusion_youtube id=»https://youtu.be/BxZUNXftmzo» alignment=»center» width=»» height=»» autoplay=»false» api_params=»» hide_on_mobile=»small-visibility,medium-visibility,large-visibility» class=»» css_id=»» /][/fusion_builder_column][/fusion_builder_row][/fusion_builder_container]

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *