Hoy es el día de la Consagración a San José: Día 34

¡FELICIDADES!

Hoy es nuestra Consagración a San José. La Santísima Trinidad quiere que conozcamos y amemos más a San José. ¡Tú tienes una invitación a imitar sus virtudes! Escribe o imprime la fórmula de consagración y fírmala este día.

Si fuera posible, confiésate durante esta semana y hoy trata de ir a la Santa Misa. Ofrece la Comunión con la intención de entregarte a San José como tu patrono personal y padre espiritual. Según el caso, si el sacerdote lo permite, en algún momento de la Misa recita la fórmula de consagración. También puedes hacerlo después de la Comunión o después de la bendición final. Si no puedes asistir a Misa, no te preocupes, recita tu consagración con mucho amor y el día que puedas asistir a la Eucaristía, sella tu consagración con la sagrada comunión.


CONSAGRACIÓN A SAN JOSÉ

¡Oh, glorioso patriarca y patrón de la Iglesia!
¡Oh, esposo de la virgen Madre de Dios!
¡Oh, guardián y padre virginal de la Palabra encarnada!
En la presencia de Jesús y María te escojo este día para ser mi padre, mi guardián y mi protector.

¡Oh, gran San José!, a quien Dios ha hecho el Jefe de la Sagrada Familia
acéptame, te lo suplico, aunque sea completamente indigno(a), como miembro de tu “Santo Hogar”.

Preséntame a tu Inmaculada esposa y pídele que también me adopte como a su hijo.
Con ella, ora para que siempre tenga presente a Jesús y lo sirva con fidelidad hasta el final de mi vida.

¡Oh, Terror de los Demonios!
Aumenta en mí la virtud, protégeme del maligno y ayúdame a no ofender a Dios de ninguna forma. Oh, mi amado Padre Espiritual, aquí estoy para consagrarme a ti.

En fiel imitación a Jesús y a María, pongo todas mis preocupaciones bajo tu cuidado y protección.

A ti, después de a Jesús y a María, te consagro mi cuerpo y mi alma,
con todas sus facultades, mi crecimiento espiritual, mi hogar y todos mis asuntos y actividades.

No me abandones, sino adóptame como servidor(a) y como hijo(a) de la Sagrada Familia. Cuida de mí siempre, pero especialmente a la hora de mi muerte.

Consuélame y fortaléceme con la presencia de Jesús y de María
para que, contigo, pueda alabar y adorar a la Santísima Trinidad por toda la eternidad. ¡Amen!


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Nombre y Firma de un Testigo:


“¡HA LLEGADO EL TIEMPO DE SAN JOSE!»

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