Consagración a San José: Día 13

SAN JOSÉ FIDELÍSIMO

Dirección:

«La fe es la garantía de los bienes que se esperan, la plena certeza de las realidades que no se ven» (Hb. 11, 1)

Cuando una persona tiene fe, posee algo invaluable, algo que actúa como un baluarte impenetrable en contra de los sufrimientos y dificultades de la vida.

Piensa en alguien de gran fe que conozcas. Es como si esta persona estuviera hecha de algo sobrenatural, como si no vivieran bajo las mismas normas, máximas y valores que encontramos comúnmente en este mundo.

Las personas de fe tienen una determinación que desafía lo que la mayoría considera aceptable. Sin importar la época o la circunstancia, viven con una brújula que apunta a Dios y son capaces de sobrepasar cualquier obstáculo y de dejar a un lado cualquier cosa que los separe de su camino espiritual. No tienen miedo a rechazar muchas cosas que la vida les ofrece.

San José es el modelo de este tipo de fe. José supo, con una certeza que va más allá de la razón humana, que la voz de Dios le dijo que tomara a María como su esposa; él respondió con una fe generosa. Su fe nunca flaqueó en medio de toda la incertidumbre y dificultades en la vida de la Sagrada Familia. Nunca dudó de la divinidad de Jesús o de su poder para vencer al mal. Para el mundo, Jesús era un niño ordinario, pero San José sabía que ese niño era Dios.

El gran temor de cualquier padre y de algunas madres es no poder proteger y proveer a su familia. Los padres también tienen que enfrentarse con las innumerables amenazas que acechan a sus hijos en la esfera espiritual y moral: ¿qué van a ver en la televisión cuando vaya a casa de su amigo?, ¿alguien les enseñará pornografía desde su teléfono?, ¿a qué miradas malintencionadas o a que comentarios vulgares se enfrentarán sus hijas?, ¿a qué acoso o presión social hacia el mal estarán sujetos? En muchas de estas situaciones, los padres no podrán estar presentes para proteger a sus familias.

Por lo tanto, debemos usar las armas espirituales disponibles para nosotros como poderosas defensas: La Eucaristía, el Santo Rosario, la invocación a San Miguel Arcángel y por supuesto a nuestros ángeles de la guarda y de aquellos ángeles que Dios ha asignado para cuidar a los miembros de nuestras familias, sin olvidar de la intercesión de nuestro padre espiritual, San José. Él sabe qué es ser padre y cómo proteger a su familia de las amenazas que quieren acabar con ella.


Tareas de hoy: Reflexiona el pasaje de Efesios 6, 10-17, “La armadura de Dios para el cristiano” y después escribe una pequeña oración a tu ángel de la guarda pidiéndole ayuda para que estés consciente de la presencia de Dios en tu vida, de sus armas espirituales y de su ayuda celestial.


Criar a un hijo en la actualidad como católico fiel requiere de una fe proporcional: entre más grave el peligro, más fe es requerida. Por eso, pidámosle a San José que como padre espiritual nos ayude a proveer y cuidar a nuestras familias: San José, fidelísimo, ¡ora por nosotros y por nuestras familias! ¡Amén!


ORACIONES:  Las siguientes oraciones deben ser recitadas después de la meditación de cada día, según las instrucciones de cada uno de los días.


INICIO PARA TODOS LOS DÍAS:

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. ¡Amén!


ORACIÓN AL ESPÍRITU SANTO

Ven Espíritu Santo, ilumina mi corazón, para ver las cosas que son de Dios; Ven Espíritu Santo, dentro de mi mente, para conocer las cosas que son de Dios; Ven Espíritu Santo, dentro de mi alma, que yo le pertenezco solamente a Dios; Santifica todo lo que yo piense, diga y haga para que todo sea para la gloria de Dios. ¡Amén!


LETANÍAS DE SAN JOSÉ

Señor, ten piedad de nosotrosSeñor, ten piedad de nosotros
Cristo, ten piedad de nosotrosCristo, ten piedad de nosotros
Señor, ten piedad de nosotrosSeñor, ten piedad de nosotros
Cristo óyenosCristo óyenos
Cristo escúchanosCristo escúchanos
Dios, Padre celestialTen misericordia de nosotros
Dios Hijo, Redentor del mundoTen misericordia de nosotros
Dios Espíritu SantoTen misericordia de nosotros
Santísima Trinidad, un sólo DiosTen misericordia de nosotros
Santa MaríaRuega por nosotros
San JoséRuega por nosotros
Ilustre descendiente de DavidRuega por nosotros
Luz de los PatriarcasRuega por nosotros
Esposo de la Madre de DiosRuega por nosotros
Casto guardián de la VirgenRuega por nosotros
Padre adoptivo del Hijo de DiosRuega por nosotros
Ferviente defensor de CristoRuega por nosotros
Jefe de la Sagrada FamiliaRuega por nosotros
José, justísimoRuega por nosotros
José. castísimoRuega por nosotros
José, prudentísimoRuega por nosotros
José, valentísimoRuega por nosotros
José, obedientísimoRuega por nosotros
José, fidelísimoRuega por nosotros
Espejo de pacienciaRuega por nosotros
Amante de la pobrezaRuega por nosotros
Modelo de los trabajadoresRuega por nosotros
Gloria de la vida domésticaRuega por nosotros
Custodio de las VírgenesRuega por nosotros
Pilar de las familiasRuega por nosotros
Consuelo de los afligidosRuega por nosotros
Esperanza de los enfermosRuega por nosotros
Patrón de los moribundosRuega por nosotros
Terror de los demoniosRuega por nosotros
Protector de la Santa IglesiaRuega por nosotros
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundoPerdónanos, Señor
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundoEscúchanos, Señor
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundoTen piedad y misericordia de nosotros
Lo hizo Señor de su casay príncipe de todas sus posesiones.

Oremos: Oh, Dios, que en tu amorosa providencia, elegiste a San José para ser el esposo de tu Santísima Madre, concédenos el favor de tenerlo como nuestro intercesor en el cielo y al que veneramos como nuestro protector en la Tierra. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. ¡Amen!

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