Novena a la Divina Misericordia: Dia 9

Sábado de la octava de Pascua o cualquier día del año

Intención del día

“Hoy tráeme a las almas tibias y sumérgelas en el abismo de mi misericordia. Estas almas son las que más dolorosamente hieren mi corazón. A causa de las almas tibias, mi alma experimentó la más intensa repugnancia en el Huerto de los Olivos. A causa de ellas dije: Padre, aleja de mí este cáliz, si es tu voluntad. Para ellas, la última tabla de salvación consiste en recurrir a mi misericordia”.

(Diario de Santa Faustina, 1228)


Oración inicial

Roguemos por las almas tibias e indiferentes:
“Jesús piadosísimo, que eres la compasión misma, te traigo a las almas tibias a la morada de tu piadosísimo corazón. Que estas almas heladas que se parecen a cadáveres y te llenan de gran repugnancia se calienten con el fuego de tu amor puro. Oh Jesús tan compasivo, ejercita la omnipotencia de tu misericordia y atráelas al mismo ardor de tu amor y concédeles el amor santo, porque tú lo puedes todo”.

(Diario de Santa Faustina, 1229)


“El fuego y el hielo no pueden estar juntos, ya que se apaga el fuego o se derrite el hielo. Pero tu misericordia, oh, Dios, puede socorrer las miserias aún mayores”.

(Diario de Santa Faustina, 1229)


LA CORONILLA DE LA MISERICORDIA

Se utiliza un Rosario común de cinco decenas

MENSAJES DE JESÚS

«Alienta a las personas a decir la Coronilla que te he dado… Rézala incesantemente. Quien la recite recibirá gran misericordia a la hora de la muerte. Los sacerdotes la recomendaran a los pecadores como su último refugio de salvación. Aun si el pecador más empedernido hubiese recitado esta Coronilla al menos una vez, recibirá la gracia de Mi infinita Misericordia. Deseo conceder gracias inimaginables a aquellos que confían en Mi Misericordia.»

(Diario de Santa Faustina, 1541; 687)


«Escribe que cuando digan esta Coronilla en presencia del moribundo, Yo me pondré entre mi Padre y el, no como Justo Juez sino como Misericordioso».

(Salvador» Diario 1541)


INTRODUCCIÓN

La señal de la Cruz

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. ¡Amén!

Oración al principio:

“Expiraste, Jesús, pero la fuente de vida brotó para las almas y el mar de misericordia se abrió para el mundo entero. Oh fuente de vida, insondable Misericordia Divina, abarca al mundo entero y derrámate sobre nosotros”.

(Diario de Santa Faustina, 1319)

Padre Nuestro:

“Padre nuestro, que estás en el Cielo, santificado sea tu nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el Cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. ¡Amén!”

Avemaría:

“Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén”.

Credo:

“Creo en Dios, Padre todopoderoso, creador del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de santa María virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los Cielos y está sentado a la derecha de Dios Padre Todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos. Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia Católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna. ¡Amén!”


CINCO DECENAS

  1. Al comenzar cada decena, en las cuentas grandes, decir: «Padre Eterno, te ofrezco el cuerpo, la sangre, el alma y la divinidad de tu amadísimo Hijo, nuestro señor Jesucristo, como propiciación de nuestros pecados y los del mundo entero».
  2. En las cuentas pequeñas: «Por su dolorosa pasión, ten misericordia de nosotros y del mundo entero».
  3. Al final cada decena: «Oh sangre y agua que brotaste del corazón de Jesús, como una fuente de misericordia para nosotros, en ti confío» (Diario de Santa Faustina, 84)

ORACIONES

  1. Al finalizar las cinco decenas de la coronilla se repite tres veces: «Santo Dios, santo fuerte, santo inmortal, ten piedad de nosotros y del mundo entero».
  2. Oración final: «Oh Dios Eterno, en quien la misericordia es infinita y el tesoro de compasión inagotable, vuelve a nosotros tu mirada bondadosa y aumenta tu misericordia en nosotros, con el fin de que en los momentos difíciles, no nos desesperemos ni nos desalentamos, sino que, con la máxima confianza, nos sometamos a tu santa voluntad, que es el amor y la misericordia mismos. ¡Amén!» (Diario de Santa Faustina, 950)

Oración final

“Padre Eterno, mira con misericordia a las almas tibias, que, sin embargo, están acogidas en el
piadosísimo Corazón de Jesús. Padre de misericordia, te suplico por la amarga pasión de tu Hijo y por su agonía de tres horas en la cruz, permite que también ellas glorifiquen el abismo de tu misericordia. ¡Amén!”

(Diario de Santa Faustina, 1227)

Notas finales

Mañana, Domingo de la Misericordia (o cualquier día del año en el cual termines la novena), confiésate, cumple tu penitencia, ve a Misa, comulga y ora por las intenciones del Papa. Si no puedes confesarte mañana, hazlo en la semana.

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