Novena a la Divina Misericordia: Dia 5

Martes de la octava de Pascua o cualquier día del año

Intención del día

“Hoy atráeme a las almas de los herejes y de los cismáticos, y sumérgelas en el mar de mi misericordia. Durante mi amarga pasión, desgarraron mi cuerpo y mi corazón, es decir, mi Iglesia. Según regresan a la Iglesia, mis llagas cicatrizan y de este modo alivian mi pasión”.

(Diario de Santa Faustina, 1218)


*Nota sobre ‘herejes y cismáticos’: Las palabras originales de nuestro Señor son ‘herejes y cismáticos’, ya que Él habló a sor Faustina según el contexto de su tiempo. Desde el Concilio Vaticano II, las autoridades eclesiásticas han considerado impropio usar esas denominaciones según las explicaciones expuestas en el decreto conciliar sobre el ecumenismo (# 3). Es apropiado usar en su lugar el término ‘los hermanos separados’. Sin embargo, con el tiempo, la Iglesia ha decidido usar todavía otra denominación: ‘los hermanos que creen en Cristo’ (ver el Misal Romano, 1970).


Oración inicial

Roguemos por los hermanos separados que creen en Cristo, los cuales desgarran el cuerpo místico de Cristo, para que vuelvan pronto a la unidad de la santa Iglesia:
“Jesús sumamente misericordioso, que eres la bondad misma, tú no niegas la luz a quienes te la piden. Acoge en la morada de tu muy compasivo corazón a las almas de los herejes y las almas de los cismáticos y llévalas con tu luz a la unidad de la Iglesia; no las dejes alejarse de la morada de tu compasivísimo corazón, sino haz que también ellas glorifiquen la generosidad de tu misericordia”.

(Diario de Santa Faustina, 1219)


“También para aquellos que rasgaron la vestidura de tu unidad, brota de tu corazón la fuente de piedad. La omnipotencia de tu misericordia, oh, Dios, puede sacar del error también a estas almas”.

(Diario de Santa Faustina, 1219)


LA CORONILLA DE LA MISERICORDIA

Se utiliza un Rosario común de cinco decenas

MENSAJES DE JESÚS

«Alienta a las personas a decir la Coronilla que te he dado… Rézala incesantemente. Quien la recite recibirá gran misericordia a la hora de la muerte. Los sacerdotes la recomendaran a los pecadores como su último refugio de salvación. Aun si el pecador más empedernido hubiese recitado esta Coronilla al menos una vez, recibirá la gracia de Mi infinita Misericordia. Deseo conceder gracias inimaginables a aquellos que confían en Mi Misericordia.»

(Diario de Santa Faustina, 1541; 687)


«Escribe que cuando digan esta Coronilla en presencia del moribundo, Yo me pondré entre mi Padre y el, no como Justo Juez sino como Misericordioso».

(Salvador» Diario 1541)


INTRODUCCIÓN

La señal de la Cruz

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. ¡Amén!

Oración al principio:

“Expiraste, Jesús, pero la fuente de vida brotó para las almas y el mar de misericordia se abrió para el mundo entero. Oh fuente de vida, insondable Misericordia Divina, abarca al mundo entero y derrámate sobre nosotros”.

(Diario de Santa Faustina, 1319)

Padre Nuestro:

“Padre nuestro, que estás en el Cielo, santificado sea tu nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el Cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. ¡Amén!”.

Avemaría:

“Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén”.

Credo:

“Creo en Dios, Padre todopoderoso, creador del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de santa María virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los Cielos y está sentado a la derecha de Dios Padre Todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos. Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia Católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna. ¡Amén!”.


CINCO DECENAS

  1. Al comenzar cada decena, en las cuentas grandes, decir: «Padre Eterno, te ofrezco el cuerpo, la sangre, el alma y la divinidad de tu amadísimo Hijo, nuestro señor Jesucristo, como propiciación de nuestros pecados y los del mundo entero».
  2. En las cuentas pequeñas: «Por su dolorosa pasión, ten misericordia de nosotros y del mundo entero».
  3. Al final cada decena: «Oh sangre y agua que brotaste del corazón de Jesús, como una fuente de misericordia para nosotros, en ti confío» (Diario de Santa Faustina, 84)

ORACIONES

  1. Al finalizar las cinco decenas de la coronilla se repite tres veces: «Santo Dios, santo fuerte, santo inmortal, ten piedad de nosotros y del mundo entero».
  2. Oración final: «Oh Dios Eterno, en quien la misericordia es infinita y el tesoro de compasión inagotable, vuelve a nosotros tu mirada bondadosa y aumenta tu misericordia en nosotros, con el fin de que en los momentos difíciles, no nos desesperemos ni nos desalentamos, sino que, con la máxima confianza, nos sometamos a tu santa voluntad, que es el amor y la misericordia mismos. ¡Amén!» (Diario de Santa Faustina, 950)

Oración final

“Padre Eterno, mira con misericordia a las almas de los herejes y de los cismáticos que han malgastado tus bendiciones y han abusado de tus gracias por persistir obstinadamente en sus errores. No mires sus errores, sino el amor de tu Hijo y su amarga pasión que sufrió por ellos, ya que también ellos están acogidos en el sumamente compasivo corazón de Jesús. Haz que también ellos glorifiquen tu gran misericordia por los siglos de los siglos. ¡Amén!

(Diario de Santa Faustina, 1219)

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