Miércoles de la octava de Pascua o cualquier día del año
Intención del día
“Hoy tráeme a las almas mansas y humildes y a las almas de los niños pequeños, y sumérgelas en mi misericordia. Éstas son las almas más semejantes a mi corazón. Ellas me fortalecieron durante mi amarga agonía. Las veía como ángeles terrestres que velarían al pie de mis altares. Sobre ellas derramo torrentes enteros de gracias. Solamente el alma humilde es capaz de recibir mi gracia; concedo mi confianza a las almas humildes”.
(Diario de Santa Faustina, 1220)
Oración inicial
Roguemos por los niños pequeños y por aquellas almas que se han hecho iguales a ellos en su pureza y simplicidad:
“Jesús, tan misericordioso, Tú mismo has dicho: aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón. Acoge en la morada de tu compasivísimo corazón a las almas mansas y humildes y a las almas de los niños pequeños. Estas almas llevan a todo el cielo al éxtasis y son las preferidas del Padre celestial. Son un ramillete perfumado ante el trono de Dios, de cuyo perfume se deleita Dios mismo. Estas almas tienen una morada permanente en tu compasivísimo corazón y cantan sin cesar un himno de amor y misericordia por la eternidad”.
(Diario de Santa Faustina, 1221)
“De verdad el alma humilde y mansa ya aquí en la tierra respira el paraíso, y del perfume de su humilde corazón se deleita el creador mismo”.
(Diario de Santa Faustina, 1222)
LA CORONILLA DE LA MISERICORDIA
Se utiliza un Rosario común de cinco decenas
MENSAJES DE JESÚS
«Alienta a las personas a decir la Coronilla que te he dado… Rézala incesantemente. Quien la recite recibirá gran misericordia a la hora de la muerte. Los sacerdotes la recomendaran a los pecadores como su último refugio de salvación. Aun si el pecador más empedernido hubiese recitado esta Coronilla al menos una vez, recibirá la gracia de Mi infinita Misericordia. Deseo conceder gracias inimaginables a aquellos que confían en Mi Misericordia.»
(Diario de Santa Faustina, 1541; 687)
«Escribe que cuando digan esta Coronilla en presencia del moribundo, Yo me pondré entre mi Padre y el, no como Justo Juez sino como Misericordioso».
(Salvador» Diario 1541)
INTRODUCCIÓN
La señal de la Cruz
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. ¡Amén!
Oración al principio:
“Expiraste, Jesús, pero la fuente de vida brotó para las almas y el mar de misericordia se abrió para el mundo entero. Oh fuente de vida, insondable Misericordia Divina, abarca al mundo entero y derrámate sobre nosotros”
(Diario de Santa Faustina, 1319)
Padre Nuestro:
“Padre nuestro, que estás en el Cielo, santificado sea tu nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el Cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. ¡Amén!”
Avemaría:
“Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén”.
Credo:
“Creo en Dios, Padre todopoderoso, creador del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de santa María virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los Cielos y está sentado a la derecha de Dios Padre Todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos. Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia Católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna. ¡Amén!”
CINCO DECENAS
- Al comenzar cada decena, en las cuentas grandes, decir: «Padre Eterno, te ofrezco el cuerpo, la sangre, el alma y la divinidad de tu amadísimo Hijo, nuestro señor Jesucristo, como propiciación de nuestros pecados y los del mundo entero».
- En las cuentas pequeñas: «Por su dolorosa pasión, ten misericordia de nosotros y del mundo entero».
- Al final cada decena: «Oh sangre y agua que brotaste del corazón de Jesús, como una fuente de misericordia para nosotros, en ti confío» (Diario de Santa Faustina, 84)
ORACIONES
- Al finalizar las cinco decenas de la coronilla se repite tres veces: «Santo Dios, santo fuerte, santo inmortal, ten piedad de nosotros y del mundo entero».
- Oración final: «Oh Dios Eterno, en quien la misericordia es infinita y el tesoro de compasión inagotable, vuelve a nosotros tu mirada bondadosa y aumenta tu misericordia en nosotros, con el fin de que en los momentos difíciles, no nos desesperemos ni nos desalentamos, sino que, con la máxima confianza, nos sometamos a tu santa voluntad, que es el amor y la misericordia mismos. ¡Amén!» (Diario de Santa Faustina, 950)
Oración final
“Padre Eterno, mira con misericordia a las almas mansas y humildes y a las almas de los niños pequeños que están encerradas en el muy compasivo corazón de Jesús. Estas almas son las más semejantes a tu Hijo. Su fragancia asciende desde la tierra y alcanza tu trono. Padre de misericordia y de toda bondad, te suplico por el amor que tienes por estas almas y el gozo que te proporcionan, bendice al mundo entero para que todas las almas canten juntas las alabanzas de tu misericordia por los siglos de los siglos. ¡Amén!”.
(Diario de Santa Faustina, 1223)