Para mí Cielo abierto me cambió la vida por completo: descubrí una comunicación con Dios en el interior de mi ser, renovó mi vida, dejé el rencor, la tristeza el dolor y el resentimiento, conocí el perdón hacia mí, y hacia los demás, descubrí la confianza entera en Dios y la paciencia que debemos tener.
Cielo abierto es para mí una luz que llegó cuando más la necesitaba en medio de una fuerte turbulencia.
Gracias a Dios creo firmemente con una fe inmensa en mi iglesia católica, conocí más de mi religión. Ahora ya no puedo vivir sin mi Eucaristía, sin mi confesión frecuente, adorando a Cristo en espíritu y en verdad.
¡Amén! Hermanos es por todas estas razones que no dejaré jamás de asistir a Cielo abierto. ¡Todo para la gloria de Dios!
Testimonio de Sergio Martínez